Nuestro Sebo esencial

Los seres humanos producimos más aceites (sebo) que cualquiera de nuestros parientes más cercanos (por ejemplo, los chimpancés). El sebo sirve de alimento a la mayoría de los microbios (bacterias, virus, hongos, etc.) que viven en nuestra piel y requiere mucha de nuestra energía para producirse... A pesar de este proceso extremadamente energético, nuestro cuerpo produce unos 14 g de aceite al día. Esto corresponde a unas 132 calorías al día, lo que supone alrededor del 7% de nuestro consumo energético diario. Parece muy improbable que la evolución nos haya "obligado" a los humanos a aumentar nuestra ingesta alimentaria diaria para que nuestro cuerpo pueda producir una mayor cantidad de sebo sin ningún propósito específico superimportante?

La evolución dista mucho de ser perfecta, pero sus soluciones para la vida en la Tierra son y han sido extremadamente eficaces y elegantes. Es obvio que producimos sebo para mantener la función de barrera de nuestra piel y al mismo tiempo nutrir a los microbios (bacterias, virus, hongos, etc.) que viven sobre y dentro de nuestra piel. A cambio de este sebo, recibimos protección frente a los microbios de la piel.

Durante los últimos 100 años, las campañas publicitarias han intentado convencernos de que los limpiadores faciales y el agua tibia son la base de nuestra rutina diaria de cuidado de la piel. Nos han convencido de que debemos eliminar los aceites naturales de la piel y los microbios que viven en su superficie. Esto, a su vez, ha obligado a nuestra piel a aumentar su producción de aceites y la consecuencia ha sido una calidad cada vez peor de nuestro sebo.

Por si esto fuera poco, se nos ha aconsejado sustituir nuestro sebo por otros aceites (a menudo sintéticos). Los aceites que produce la piel son extremadamente complejos y únicos. Intentar imitar estos aceites es como imitar la leche materna... Casi imposible. Es hora de que mantengamos este aceite súper eficaz en la superficie de nuestra piel... como hemos hecho durante los últimos 300.000 años.

¡Además, ahorraremos mucha energía 🙂!